es cierto, no escribo bien y tampoco tengo razón, las letras y la poesía han muerto pero también creo en la rencarnación

martes, 27 de agosto de 2013

behold

prendí un sahumerio
para dibujar con el humo
mis alas, mi muerte
a la lágrima.
Caí bajo la mesa
con el humo
con el vacío
con las hojas secas
/mi alma, mi voz
y en el suelo estoy
junto al humo
y junto algún adiós 


menta, dos hielos y agua

lunes, 26 de agosto de 2013

pánico y locura

se recomienda: http://www.youtube.com/watch?v=WANNqr-vcx0

No me mientas, no te internes en mí con esos tentáculos violáceos, ventosas malditas pero dulces que intentan sacar color de mi piel blanca blanca, tentáculos violáceos que se deslizan por mi pecho, blanco, una daga inmensa: mi corazón mi piel ay mi pecho blanco y no me mientas más, las ventosas y la succión son una verdad triste, pero verdad al fin, y son verdad porque veo ese brazo de molusco verde o azul o violeta o la mezcla de todos esos y además el blanco de mi pecho y lo rosado de las ventosas y lo celeste de los azulejos del baño y la bañera y la muerte porque ojalá que suene Jefferson Airplane y la bañera sea electricidad cargada de chispas minúsculas que van a matar al pecho blanquecino y al brazo, a las ventosas y a un corazón lleno de babas, un corazón marino lleno de caracoles y algas y ojalá que la electricidad sea fuerte y sea como magia en mi pecho porque espero que el color blanco sea intenso, un sacudón terrible que desprenda las ventosas y asesine este vínculo marino entre el tentáculo que cada vez es más gris y yo que soy cada vez más violácea con tonos azules y blancos y pulpo inmenso, tentáculo-melancolía y ventosa-depresión. 

domingo, 25 de agosto de 2013

delinearte por amor al arte de imaginar

Un mar inmenso de pieles y uñas y colores - son mis manos, pensé -  porque ahora lo único que hago es rodar por tu espalda como una pelotita y mis manos son un gatito que la persigue y en esa feroz persecución es en la que me encuentro que ese mar inmenso de piel y uñas y no se si mis manos o tus manos o es que nos encontramos sin nada más que eso, un mar, un océano y yo no puedo decir, diferir que vos sos eso que nada acá y allá y por todos lados en una habitación oscura o si vos sos eso que me acaricia la espalda, las orejas, los ojos grandes y tristes que te imaginan y te dibujan en una pizarra enorme de oscuridad y vos sos una silueta viva porque te dibujan mis manos que recorren tu espalda, los gatitos, la noche que es tan grande y las uñas de colores y las nubes grises que entran por la ventana mientras te dibujo para hacer de esto un cuadro que no entiendo, un cuadro indefinido como tus manos, que son mis pies, son mi cuello, tu nariz o gatitos y creo que al final es un dibujo de mis manos desesperadas que te buscan en lo oscuro, te delineo por el simple arte de imaginarte de espaldas o de frente o mirándome, o por el simple arte de tenerte acá en una cama o en un dibujo o la noche o lo que sea.

miércoles, 21 de agosto de 2013

retrospectiva

Una inmensa flor roja con tonos de bordó decoraba el piso, contrastando con el blanco azulejo de un cuarto de baño viejo y lentamente los pétalos rojos con tonos bordó iban contrayéndose en un hilo delgado delgadísimo que cada vez iba haciéndose más rojo y más intenso y menos bordó, el hilo iba convirtiéndose en una pequeña aguja que volvía al brazo de un cuerpo blanco que a medida que la sangre volvía, la piel recuperaba su color (un poco menos pálido) y el otro brazo anteriormente inactivo comenzaba a moverse y retiraba la navaja de una herida que iba cerrándose por arte de magia y los brazos y el cuerpo volvían de a poquito a tomar color, un color casi blanco pero no tan blanco como al principio y las manos tomaron la cara con fuerza para limpiar un par de lágrimas, que comenzaban a caer y se mezclaban con la pintura al mismo tiempo que la mueca de desesperación se tornaba cada vez más y mas inmensa y los brazos comenzaban a agitarse en un capricho continuo de movimientos sin razones acompañando a las piernas y al cuerpo en sí que se alejaba del cuarto de baño, de los azulejos blancos ahora limpios y del espejo que hacía un instante había reflejado una cara desmaquillada por la desesperación pero ahora solo era una cara llena de enojo que se volvía hacia la cocina dónde mágicamente miles de pedacitos verdes de cerámica se levantaban del suelo con una coreografía fantasmagórica para volverse una taza que con una coordinación espeluznante era tomada por la mano que hace no menos de quince minutos tenía una herida roja y viva que iba desde la muñeca hasta todo el antebrazo y las manos agarraban la taza con fuerza porque el dolor y la muerte son ideas que siempre se toman con fuerza y a veces se agarran o a veces se revientan contra el piso como mil pedacitos de cerámica verdes, o rojos como una flor dibujada en un azulejo con sangre y dolor y muerte y no siempre se puede volver atrás.

martes, 20 de agosto de 2013

El árbol que fue amor

Te hablo a vos, te susurro aunque no me escuches pero estés acá, pero solo puedo contarte que siento como despacito las cosas se van tornando verdes frente a mis ojos, y vos te sentás junto a mi yo te susurro con las hojas, con el viento lindo que acaricia tu pelo o tu nuca y te hace cosquillas ahí o en las orejas y entonces el frío, y te ponés esa bufanda escocesa que me gusta tanto, y te susurro porque quiero decirte que te quiero, y me gusta sentir tu calor cuando te apoyás en mi para estar más cómoda y sacás tus libros todos forrados con un terciopelo rojo, y las letras todas juntas parecen un mundo inmenso frente a tus ojos y te siento suspirar todos los días que venís y te sentás yo no sé que hacer si mirarte o acariciarte con mis hojas o regalarte flores de naranjo lindas y blancas y que el perfume de los azahares te haga acordarte algún día cuando ya no leas más que te sentabas a mis pies a leer, y te acuerdes de lo suave del terciopelo, del aroma cítrico, de mis caricias invisibles, y de este naranjo viejo que no puede darte más que sombra y perfume suave como el terciopelo y tus manos que se apoyan en mi para acomodarse, ponerse de pie e irse, y ahora si pudiera gritaría tu nombre, no lo sé, pero yo en mi corazón te digo Maga (ese nombre lo vi en alguna de todas las novelas que leíste a mis pies), y ojalá pudiera gritarte pero no puedo y te levantás y la savia de mi cuerpo hierve de pasión y te estoy dejando ir ¡Maga! grito para mí, y es imposible, te estás encaminando lejos mío y no puedo hacer mucho más que mover las ramas despacito porque no hay viento y una que otra flor se cae, esto es un escenario tan romántico como doloroso, te estoy dejando ir hoy ni siquiera se tu nombre de verdad y algo en el corazón, en el centro de toda esta madera fría y cítrica me dice que no te voy a ver nunca más y que estás triste yo quiero decirte que estoy acá y que no puedo hablarte pero no te vayas, no saltes, no me dejes, y no saltes, por favor, y muevo mis ramas con el viento en el mismo momento en que saltás por ahí donde no tenés que saltar y no volvés a leer a mis pies nunca más. 

sábado, 17 de agosto de 2013

c'est ne pas une pipe

El miedo como realidad, lo optamos, lo optaste, nos aplastó como una máquina gigante que aplasta cosas que aplana las flores pero también los dolores y frente al miedo decidimos huir, decidimos de sa pa re cer despacito así como nada que se desvanece y el error fue creer en muchas cosas y en ver ese cuadro de Magritte y creer en cosas que solo cree la gente con nariz de azúcar que en vez de la Biblia es Rayuela y en vez de amor de verdad es platonicismo divino, es idealizar y amor absoluto pero absurdamente absoluto, y cómo hago ahora, los ojos, las manos, el cuadro de Magritte, que hago ahora con todas las cosas que todavía no escribimos y hacernos a un lado como quién limpia las hojas viejas de los árboles o de los ramos de rosas que son tan lindos pero ay las espinas, que lindo color las rosas pero también la mano que agarra el ramo y las espinas clavadas pero que lindo el color de la sangre, y dame la mano que tengo miedo, no mejor no tengamos miedo tengamos nada. Porque simplemente el miedo es el mejor amigo de la gente que decide quererse de lejitos porque sabemos que q u e r e r n o s no es dulce, no es ese haz de luz que se parece un arcoiris y está en mis piernas, sabemos que amar es otra cosa tan utópica, tan intangible que ni siquiera luchamos por ella, y así está bien. Como también está bien el cuadro de Magritte, vos allá lejos del otro lado de la calle porque yo te puse ahí y simplemente será esta vez pasar así como el cuadro vos de espaldas y eso de atrás será el pasado y simplemente eso, espaldas que no tienen cara y no se van a voltear a buscar(se) los ojos.

hacerse un té

Estar hundida como sinónimo de estar rendida sería un error, pensar (que por encontrarme ahora bajo el agua de mis lágrimas y del adiós y de agua que hirvió y no se hizo té) soy una guerrera que desertó la batalla. No es así -porque me hubiese rendido todo sería lo mismo -  ya no dolería, y puedo jurar que hoy duele , que la carne es herida roja ardiendo a plena luz del sol y que bajo el agua todo arde igual aunque haga frío en el corazón, afuera arde, entonces es que pienso que no estoy rendida porque me importa que no duela más o que duela menos o que al menos en ese dolor tenga alguna luz dulce de mañanas y ojos que me miran los ojos y es el espejo cíclope. Entonces no estoy tan rendida, simplemente cansada. Solamente esperando que la inundación, que el agua y que por fin hirvió la pava y me puedo hacer un té

lunes, 12 de agosto de 2013

gati gati to

Estoy atrás de tu puerta
agazapada
esperando el momento justo
para saltar en la cama
para acostarme al lado tuyo
y ronronear en tu oreja
y esperar a que tu mano
se pose en mi cuerpo
y me mires los ojos almendrados
y que el ronroneo
sea la música de fondo
con las gotitas de lluvia
mientras me acurruco
debajo de las sábanas

¿girás, Sol?

Lentamente estoy abriéndome, me desperezo con una calidez en el centro, el corazón de todo lo que soy, porque hoy te espero y se que te voy a encontrar, vas a venir a nuestro encuentro, voy a verte hasta que los ojos se me pongan bizcos y sea cíclope frente a toda tu inmensidad. Te espero porque sé que hoy es el mejor día para nacer, para ver al mundo con ojos de esperanza, te espero en lo alto, con mis pétalos amarillos, mi corazón enorme lleno de cosas que quiero decirte cuando te mire, o cuando me obnubiles con tu esplendor dorado de las cinco de la tarde y todavía no amanece por eso me demoro tanto porque quiero nacer junto a vos, porque yo sólo nazco una sola vez, vos sos como el fénix, el fuego divino y también las cenizas, todos los días nacés con esos colores tan rojos, rosados y violetas que me intimidan y el torbellino de cosas que hacen que hoy te esté esperando y sea tan temprano y yo tan chiquita esperándote a vos, inmensidad de los cielos y tengo miedo de que no aparezcas nunca, y me estremezco ahora y en el medio de todo esto miro el contorno de las montañas tan lindas que son casi invisibles por la oscuridad, y comienzan despacito a volverse una línea que limita entre la oscuridad de lo terrestre y el esplendor del firmamento que ahora de a poco es una paleta de colores que es violácea y roja intensa y amarilla como mis pétalos entonces me sonrojo y soy más naranja y me mimetizo con el cielo y con tus colores y ahí se asoma como tu nariz dorada entre los picos de las montañas que se sonrojan y en ellas aparecen colores y ahora es cuestión de segundos para que te asomes por completo y tengo que estirarme para absorber todo lo que emanás, esa paleta de colores dorados y naranjas que lentamente se transmutan y ahora no sos sólo vos, inmenso sol divino, el que brilla en el cielo, soy yo también con mis pétalos y mis ganas de mirarte hasta quedarme ciega que me vuelven loca y me reflejan en algún espejo de agua junto a vos.

Te invento todos los días para sentirme mejor

No te encuentro bajo las gotas de lluvia, ni detrás del viento inmenso que parece volar mi casa. No te encuentro ahora en esta búsqueda que empiezo desde vos, esa búsqueda lenta de los ojos que miran todo, desde tus pies (que no están) hasta tus ojos (no los veo) Esa búsqueda lenta y minuciosa que empieza por buscarte a vos pero en realidad es mi cabeza buscándome a mi misma reflejada en vos, en los ojos o en la boca o en algún acto-reflejo que sin querer se te escapa aunque no estés acá pero yo pienso que si, por eso te busco, y no estás, por eso no te encuentro, ni te veo y solo están las raíces, o las flores de un amor guardado en el placard, añejo y suave -un vino fino- y a mi que los vinos no me gustan, y sigo sin encontrarte pero puedo verte reflejado en todas las cosas que hago, en un espejo inconsciente que creo descubrir entre los pétalos de las flores, que por cierto, no son flores, sino cosas lindas que pienso, y las raíces son dolor, y me gusta verlas ahí esparcidas en el piso, junto con las gotitas de lluvia, hacen un cuento acá en mi patio, y ahí te veo reflejado en las nubes y te traigo y te digo que lindo, te meto a mi cama, y hacerte el amor no es nada más que un ritual divino, con las flores, los pétalos que se abren, se cierran, y las raíces siempre presentes que se escapan del placard y me tocan los pies y me acuerdo de que te estoy buscando cuando en realidad no estás acá.

domingo, 11 de agosto de 2013

hola

No se si te quiero
mucho, poco, nada
no se si te extraño
o es la costumbre
de escribirte
tatuarte
No se si quiero
ver tus ojos oscuros
o tus manos
no se si quiero
que escribamos juntos
un drama predecible
o que simplemente
me escribas
un poema
aburrido
con tonos verdes
como mis ojos




sábado, 10 de agosto de 2013

Void u (oda a la desesperanza)


Hoy me cansé de luchar
no puedo luchar contra todo esto
contra vos (más bien el espejo que me refleja a mi) 
hoy decidí bajar los brazos
(no puedo más)
no puedo luchar contra toda la injusticia que me rodea
no puedo hacer nada por esos ojos tristes que me miran
(detrás de una cerveza, escondido por el humo de un porro)
no puedo luchar contra la injusticia
y eso me come el alma
no puedo luchar contra el hecho de aceptar 
que no puedo; pelear por vos, 
por el, por mí misma.
Hoy bajo los brazos porque no puedo conmigo 
no puedo luchar contra el vacío que soy
ni contra el vacío que me rodea
estoy vacía
porque lo de afuera también lo está
Solamente nos separa una delgada línea
(que me dice que yo soy yo y no lo de afuera)
Me cansé de levantarme todos los días
a la misma hora
con la misma luz
para ver a las mismas personas (everyday)
que dicen las mismas cosas (all the time)
me cansé de creerle a alguien 
que dice saber más que yo
sólo porque es más viejo
me cansé de pelear 
para lograr un mundo que del que hablo
pero que no concluyo
porque soy una desertora
y también me cansé de desertar
como también me cansé de mirarme
todo el día (todos los días)
en el espejo 
me cansé de los estereotipos
que imponen los mismos que hablan
everyday de las mismas cosas all day
me cansé de que me mientan
(me cansé de mentirme)
me cansé de los hombres
de las mujeres
de los perros
(de mi, pero no de mis gatos)
me cansé de escucharme decir un discurso
que solo será eso 
un discurso
me cansé de ordenar 
este caos inalterable
que es mi vida
en conjunto con la tuya
con la de él y la de todos
no creo más en nada
ni en los ojos
ni en la poesía
ni en mis propias palabras
porque me mienten
(me miento)
hoy elijo no creer
en nada
nunca más


nótese: la falta de mayúsculas, de coherencia, cohesión, de puntos, de comas y de lo que sea. 
todo sea interpretado de la siguiente forma: ya no creo ni siquiera en la métrica, ni en la lingüística, ni en que yo pueda escribir algo realmente bueno.
además: le puse oda pero no se canta ni es lírica ni me importa

miércoles, 7 de agosto de 2013

La muerte súbita es mi resurrección eterna

Decidí optar por una muerte súbita, decidí al final del día no tener que depender más de todas las cosas que flotan en mi cabeza. Contra un muro fusilé lentamente todo recuerdo, memoria, sentimiento, duda. Fui cruel y los abandoné, decidí optar por la muerte súbita, la del olvido, la de los mares de colores que arrastran y hacen que el dolor no sea más que un ligero cosquilleo detrás de las orejas, y que los mares inmensos, los arcoiris me absorbieran en un mundo de nadas. Pertenecer alguna vez a algún mundo. Me propongo mirar al pasado con ojos de lobo valiente que no le teme a nada, me propongo no caer, y con aullido de lobo valiente que se escapa de los mares del olvido de color decido la muerte súbita de lo mediocre. Decido no morir en el olvido y recordar todos los días la ruta de mi crucifixión, bajo la estela de un humo gris que es mi pasado, bajo la presión de las fotografías que son voces y son mi muerte, mi resurrección del olvido, pero la muerte de mis sentidos. 

cadáver exquisito

Tenía tus ojos nada más
descendiendo en la espesura 
acuática, cristalina.
Beber era lo único que nos unía.
Las gotas húmedas del silencio, 
las palabras, la nada.
Eran tus manos, el silencio.
y ellas flotaban en la brisa acuarela
de difuminadas montañas


martes, 6 de agosto de 2013

Hoy fue: Meditative Rose por Salvador Dalí

No estaba flotando esa rosa que llevaba el viento entre sus manos de aire inmenso, de brisa infinita que l e n t a m e n t e como si nadie lo supiera era levantada por una masa invisible, pero presente. Ahí estaba la rosa roja tendida en el medio del aire, en la nada misma, frente al terror de todos los ojos asombrados que no comprenden, que no es posible, que las propiedades de la física no permiten, oh señora, mire lo que ha pasado, una rosa meditando en el medio del cielo, debe ser la inflación. Entonces la rosa amordazada por las sogas invisibles del aire se acongoja, se muere despacito, mira en sus ojos de pétalo nuestros ojos de asombro su eterna meditación en la que se ve reflejada, ahora no es rosa, es el dolor de alguien que la miró en el cielo tratando de comprenderla, se vió en ese reflejo porque la rosa antes de ser roja y de ser pétalos fue sangre y humana y corría por las calles buscando alguna cosa, algún suceso inesperado que le diera algo de inspiración, algo de color rojo o de aroma fuerte a su vida. y ahí al verse reflejada en el espejo de esos ojos que la miran la admiran, la aman y la veneran, sucumbe en una explosión hermosa entre ella la rosa que flota en el aire y esos ojos de él, asombrados, que la miraron, los ojos de alguien que la miró por primera vez como si fuera la única, la ú l t i m a  rosa que flotase en el cielo, y en ese momento único de reconciliación con la vida, con la muerte, con su musa que es esa rosa inmensa en medio del cielo, pudo darse por satisfecho y también verse reventar en miles de colores para luego elevarse en el cielo como rosa roja divina, para que alguien que ande buscando esas cosas que la gente no busca sino cuando está desesperada de amores de musas y de dolores, y que ese alguien lo vea ahora a el que no es hombre, es casi rosa y algún día será inspiración.

domingo, 4 de agosto de 2013

ácido ergo sum

¿Qué es lo que tenemos adentro? y por más que me digan que órganos, tejidos, músculos, huesos y esas conexiones que usan los neurotransmisores para pasear de un lado a otro y hacernos sentir esas cosas que las cosquillas en los pies, que la quemadura del cigarrillo, que el beso en el cuello y el dolor de espalda, no puedo creer que realmente sea solo eso y que adentro de la panza no hayan pájaros en vez de neurotransmisores, entonces si te duele la uña del pie es el pájaro que revolotea dentro de tu cuerpo el que te dice hola te duele la uña y que pasee por todo tu cuerpo y sea el pájaro el que te diga que estás sintiendo una mano apoyándose en la tuya o que el dolor que sentís en la panza se siente porque hay vacío y porque el pájaro capaz que ya no está, o si en vez de pájaros son hormigas que corretean por todos lados y te avisan, te abrazan por dentro y te dicen que hoy es el día o me comentan en secreto que algún gato pasea cerca de mis pies y me hace cariñitos con sus bigotes lindos, ¿y vos creés que puedo atribuirle a las hormonas, a la química, esta divina conexión? No podés venir a decirme que las cosas que hacen que me pare y te mire y te bese y te extrañe son solo fórmulas químicas que viven dentro mío y que lentamente se van comiendo con ese hambre atroz tan mecánico, tan sistemático, lo poco que queda de algún pájaro que revolotea o alguna hormiga que camina y así simplemente me va dejando día a día hecha un poco más circuito químico y menos enamorada de todo.

Nunca la quise a la muerte

Hablarle a la muerte esta vez no fue tan duro, pude decirle que por fin hoy después de tanto tiempo puedo hacerle frente, ponerle pecho a la bala, y le dije hoy estoy lista. No necesitó mucho más que eso y comenzó a arrastrarme por las densas tinieblas del olvido. Pero no, yo no le temo a nada. Temer del verbo amar porque te amo y es imposible tener miedo cuando el corazón está lleno de cosas inmensas que burbujean y gotean, es imposible temer, es imposible partir del verbo amar porque te amo y no tengo cómo partir, no puedo irme, por eso no temo, es i m p o s i b l e, no le temo a lo no posible, no le temo a lo irreal, por eso desafío a la muerte hoy y le digo no me puedes llevar, no me vas a arrastrar y ella como muerte hermosa mujer, sonríe, y muestra los dientes, espejo maldito, sonríe y me toma entre sus brazos blancos, me agarra la mano, se posa frente a mi y me mira con cara de mujer, con cara de lobo que acecha y yo le repito por última vez no tengo por que temerte nunca más

El imaginario que somos



No podría describir el terreno hastío que habitamos, la sangre, la muerte presente como un último aliento antes de lo eterno, la muerte presente como todos los granitos de azúcar que tenemos clavados en la espalda y en las manos que se buscan en una lucha tibia, lucha invencible entre las manos y los cuerpos y las lenguas que son un todo inmenso, un todo que separa y une como con una magnitud química inigualable, es eso. El impulso nervioso que abandona la neurona, que recorre todo un surco divino, tu piel, mi piel, se convierte en algo que no se puede diferir, realidad o imaginario. Somos un inconsciente colectivo presente en todas las cabecitas de todas las personas que se besan pero se olvidan que en realidad los besos no son otra cosa que lenguaje de señas previo a la muerte divina que acecha en alguna cama de alguna piecita que tiene el colchón tirado en el piso, y los cristalitos de azúcar, y la sangre, y el dolor de encontrarnos justo en el momento en el que somos presos del placer que nos inventamos para no aburrirnos y para querernos toda una noche que nos robamos del sueño de algún Dios que probablemente sea Morfeo y nos castigue con insomnio y hasta quizás con un dolor de cabeza que nos recuerde lo lindo de estar casi muerto en el limbo, en el Nirvana, de estar casi muerto y casi irreal, casi un montón de cosas que somos ahora que no fuimos nunca y no volveremos a ser jamás.

viernes, 2 de agosto de 2013

- las cosas que escribo cuando estoy del orto -

- pretender es muerte - las palabras se escapan de la boca más errada y roja de todas - pretender es muerte ¿entendés mon ami? - y ahora las palabras eran como un puñal que usaba en su contra - no esperes que te diga que no lo noto, que no siento ese olor a muerte roja con corona de flores - le apretó fuerte la mano, hizo un seguimiento intensivo al movimiento de sus ojos - esta cara no la tenés por nada you little whore, vos venís a hablar conmigo porque sabés que no te digo nada - y las palabras esta vez fueron muerte, y como una soga lentamente iban cubriéndole el cuello blanco, desnudo - yo ya no se que decirte, vos no aprendés más - tuvo que mover la mano que tenía desocupada hasta la pierna que se asomaba tímida - no puedo pretender que te quiero, lo sabés - el teatro que llevaba a cabo era doloroso, con el maquillaje corrido no podía más que decirle - pretender es muerte, fingir est mort - y concluyó la frase con una expresión tétrica - you deserve it, you fucking deserve it - le dijo por última vez - no podés pretender que la vida no es esto, little little girl, la vida es dolor, es muerte, es el placer de todos los dioses juntos y vos no la elegís, elegís la sombra, elegís pretender, esa es tu muerte, tu cruz - y metió su mano en el bolsillo - la vas a llevar siempre - y le dio un pequeñito papel en la mano -pretender es muerte - leyó, y por fin, murió

no se ponerle nombre a nada

No latir en tu pecho, quiero decir, no dejar que mi corazón haca tuc tuc tuc sobre tu pecho dormido, negarle esa posibilidad, retraerlo, dejarlo que muera sin que pueda abrir y cerrar esas válvulas pequeñitas que lo adornan, cerrarlas voluntariamente, que la sangre deje de pasar, que se acumule en los ojos, en los labios - que se hinchen, que se pongan rosados y cada vez más rojos - que no llegue más sangre al cerebro -que escucha todos los colores que están pintados en mi pared- que no llegue más sangre a mis manos todas resecas porque el frío, vos sabés, y que por la falta de irrigación sanguínea dejen de dibujar gatitos en tu espalda, en tus ojos, en todos lados, que de una vez por todas, sucumban en la cama, que se dejen arrasar por una muerte lenta que es la de no-más-sangre, que es la de no-más-vida, porque no lo soporto, no lo creo y el dolor de no poder, el de no creer es más fuerte que el sonido de tu voz, que me dice - linda, mirate esos ojos de lechuza -  y yo no puedo mirarme a mi misma, lo sabés, y me decís - linda - y no te miro porque si te miro te miro con ojos de gato negro, gato que no entiende, gato que es muerte y por fin soy yo. Transmutar todo mi dolor y dejarlo pura y enteramente de una puta vez en mi cuerpo humano, alejarme y ser el gato gris que se asoma todos los días por tu ventana a ver si seguís ahí o si simplemente estás muerto.