es cierto, no escribo bien y tampoco tengo razón, las letras y la poesía han muerto pero también creo en la rencarnación

martes, 2 de diciembre de 2014

puerilidades

Bajo la tenue luz del televisor, fue la eterna inmadurez la que desencadenó la consumación de lo in-con-su-ma-ble (léase con detenimiento, saboree cada sílaba, así es como las cosas van sucediendo) Y así sucedió. Es el pueril deseo el que desata (no por error) la euforia -de algo que no es amor, pero se gesta también bajo las sábanas, bajo los techos (donde alumbra el sol)- y se desmorona, es ante la totalidad etérea que el cuerpo sucumbe y cierra los ojos y no comprende, no ve, solo siente, y ya la intermitente luz del televisor es la que sentencia que la noche no será esta vez solo noche, también será amanecer y es el sol en la cara lo que remplaza a la tenue luz del televisor que decoró una vez (más) una escena que ni los dioses, ni las camas podrán juzgar

deshacer es lo que mejor sé hacer



Lo delicioso es saber que - no corresponde - que sean tus manos las que emprendan una odisea por mi cuerpo -y lo terrible (¿o lo divino?)- que es hundirme toda satisfecha bajo las manos -que no corresponden- bajo tu cuerpo -que no debería- y es así, la delicia de saber que las cosas que no corresponden son las que mejor sé hacer.