Era el chico que trabajaba en el delivery de helados.
y yo fui a atender con el pijama puesto.
y no se porque pero lo miré bien fijo a los ojos y el kilo de menta granizada que tenía en los brazos fue como un paréntesis entre su mirar y el mio.
yo no se porqué lo miré, yo no se porqué tenía un kilo de menta granizada
yo no se porqué estoy tan sola - dije cuando lo miraba bien fijo a los ojos y el kilo de menta granizada pasaba a mis manos y las de el simplemente estaban ahí, vacías, y me miraban a mi mirarlo a el y miraba como mis labios se movían sin decir algo.
son 60 pesos
y le acerqué a sus vacías y pálidas manos los seis billetes de diez pesos para luego volver a mirarlo sin saber por qué y sin saber porqué lo invité a pasar sin saber porqué y sin saber dónde quedo el kilo de menta granizada que había pedido.
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