Me gusta la forma casi autómata en la que posás el cigarrillo en tus labios y me pierdo en el mecánico movimiento en el que el filtro es deslizado (casi mágicamente) hacia atrás y con una imperceptible presión ejercida por los dientes ejecutás en micro-segundos la muerte súbita de la diminuta pelotita de mentol que habita en el cigarrillo.
Todo esto en segundos
Todo esto me gusta
¡que peligro!
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