es cierto, no escribo bien y tampoco tengo razón, las letras y la poesía han muerto pero también creo en la rencarnación

lunes, 2 de junio de 2014

re/nacer

Entre las cosas que hay ocultas bajo mi pecho, duerme esa fría lluvia que nos unió, esa fría lluvia que siempre me lleva a vos, casi como un tortuoso viaje de muerte hacia el olvido - un viaje donde solo hay ida - un viaje con olor a muerte cítrica o también olvidos. Así te recuerdo hoy y es cuyo una tortura sin adiós y sin condena. Te espero y te busco en el jazz o espero morir entre los días que pasan. Tengo bajo el lívido pecho una marca tuya que no borro ni con todo el maquillaje del mundo. Una marca gestada en el vientre de un amor que nunca pudo terminar de ser, un gajo dulce de amor entre todo lo ácido de lo cítrico. Bajo mi pecho te busco también, entre la húmeda infinidad de mis piernas (te busco entre todas las cosas que dejaste) y no hay caso, la búsqueda de mi torpeza o de mi ceguedad no tiene éxito y me remito a buscarte en las palabras (después de tanto tiempo de seguir sin encontrarte ni a vos ni a ellas)
Ahora rezo con las dos manos unidas en el vientre como esperando un milagro del destino o de esas cosas que escribimos y que nunca se cumplen. Mi cuerpo late todo entero como un corazón enorme que bombea recuerdos y ahogada en esa embriaguez de ser una hija de puta bien melancólica me levanto todos los días con el pecho marcado con tu nombre y esas cosas que la poesía hace en mi y te busco en todos lados aunque no deba y aunque no sea.


¡Salud!

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