es cierto, no escribo bien y tampoco tengo razón, las letras y la poesía han muerto pero también creo en la rencarnación

domingo, 6 de abril de 2014

domingo en prosa


Me encuentro con lo vacío o la soledad porque es domingo y siempre he de rondar sobre los mismos temas porque los domingos tienen eso de repetir siempre esas mismas sensaciones que nos empañan el alma con una estela espesa y gris que rodea todo lo bello, y siempre caemos-en-los-mismos-temas porque la vida de los condenados como yo suele rondar siempre en la misma banalidad del sexo, el dolor o los domingos, porque así somos los condenados, vacíos como un domingo. Los condenados somos domingos que no pudieron ser días y fuimos personas. Así transcurrimos la vida atados a una inmensa cadena gris y pesada, rondamos por la semana sabiendo que somos un domingo sin serlo, y cuando llega ese día el pecho se nos infla de nada y sentimos ese insoportable vacío que nos hunde en nosotros mismos, porque nosotros somos domingo y somos soledad ¡nos reencontramos con lo que debimos ser y no fuimos! así somos los condenados que vagamos de cama en cama esperando que eso nos llene el vacío de ser domingos solitarios, vagamos de libro en libro, buscando más y siempre más, estamos condenados a ser presas eternas de la voraz curiosidad que nos invade, esa curiosidad que es una cadena que nos ata a jamás estar satisfechos, a esperar siempre un poco más, a meternos en lo imposible para encontrarnos (cosa que jamás sucede). y es así que los condenados nos hundimos siempre en todas las cosas porque somos eso, vacío buscando algo que nos llene el pecho, somos lo pesado buscando lo leve. Así morimos todos los días en esa interminable búsqueda, y no por nada hoy es domingo yo estoy escribiendo esto, como otra condenada más que se encuentra en este momento escribiendo otra vez sobre las mismas cosas y buscando otras porque soy presa de un hambre voraz. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario