es cierto, no escribo bien y tampoco tengo razón, las letras y la poesía han muerto pero también creo en la rencarnación

miércoles, 31 de agosto de 2016

p r e m i e r d e u i l


Sin subestimar el delicadísimo esplendor de los dolores planteados como una pirámide o un triángulo porque bien todavía las profundidades nos son desconocidas, como explicarlo: miramos sí las líneas, los vértices y las aristas pero sería bastante confuso desde este punto de partida poder analizar la profundidad de este primer plano, digamos, la profundidad se nos es dada a partir de los colores y si arrancamos la verdad prima de la cuestión, es que los colores no existen, por ende qué podemos decir de la profundidad o de las pirámides o vértices de este duelo si ni siquiera podemos partir de que lo que se nos desnuda frente a los ojos sea realmente cierto. 
Distance and time did not matter, my dear.
Aquí los monstruos y el duelo, sin querer, aprieta el pecho y sin querer, ahí estamos todo mi universo frente a un lienzo que, científicamente hablando, está en blanco porque así es el tema con los colores, no existen, entonces de qué profundidad o de qué vértice voy a hablar si en realidad estaría adormeciéndome la médula un lienzo que para los ojos de la ciencia no existe, pero si es real para los ojos míos de niña, lechuza impresionada, o es incluso más verídico que mi rostro acongojadísimo por la emoción y con los lagrimones cayendo al costado. Convengamos que el concepto de real se desarma como una torre de maderitas mal acomodadas. Así es que estamos con mi universo y el lienzo con el duelo gigante, todo separado. Lo separo de mi aunque somos lo mismo, un montón de no-color, un montón de no-realidad y así me acordé que si lo absoluto domina mi reino todo se vuelve un poco más oscuro y ahí es cuando dejo de verte, es como si ahí la ciencia surtiera su efecto aburrido de eliminar la magia de la quimera del ojo. Se pone todo un poquito más oscuro y yo veo el dolor pero también veo el duelo y eso que se gesta en el pecho del hombre con un poquito de esperanza, que abraza a la mujer casi sin ganas pero la abraza, mirá que en la oscuridad del no-color también se puede observar que todo nos duele, nos duele haciendo a lo que nos nutre el pecho nazca con fuerza, fuerza de fénix o base fuerte e inamovible de pirámide o triángulo.

La serie seguía más o menos así : 0 , 1 , 1 , 2 , 3  entonces ¿podés ver?
lo tuyo, lo mio, nosotros y los tres vértices del triángulo

En el límite justo
ahí donde buscamos todos 
en el duelo y también en el dolor
ahí no te encuentro (obviamente)
y tampoco me encontrás vos a mi 
porque ahí nace lo principal en vos
y ahí termina lo que prima en mi
el triángulo, 
tu vértice y el mío
y en la punta la soledad. 

Y

from the boundaries of the duel
the very very limit of
in wich i seek
for the pleasure
and the pain
of my existence
within yours




Resultado de imagen para el primer duelo william adolphe bouguereau




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