es cierto, no escribo bien y tampoco tengo razón, las letras y la poesía han muerto pero también creo en la rencarnación

domingo, 21 de julio de 2013

La piel que habito

Muchas veces he estado debajo de la piel que vestís todos los días, tu perfume ha sido mi sangre y tus ojos un caleidoscopio divino El trajín de los días sin sentido sumidos en la rutina, también ha sido mi pesar. 
He oído bajo tus pies la música y la he entendido como una lengua divina que solo conocen los dioses y los mortales condenados a una lánguida travesía por el mundo de los incomprendidos.
He conocido al diablo cara a cara, también, y lo he desnudado con los ojos, y con su cuerpo disfrazado de pecado he aprendido lo que significa el dolor, la muerte y el deseo.
También he leído, he muerto y he revivido mil veces como un fénix, que renace en las palabras, en las cenizas. y muere, presa de algún final inesperado.
He vivido bajo esa piel espesa, áspera, esa piel que condena al que la porte brindándole a éste la capacidad de cuestionar y de morir todos los días por alguna respuesta que sacie al vacío. Con esa piel me he vestido y desvestido miles de veces con miles de terrores vacuos, me he hecho su fiel amante y también su esclava.
Como yo he vivido también bajo esa piel, tu piel divina, la piel que todos habitamos solemnemente hasta el fin de nuestro camino, quiero decirte, hoy, sin pieles ni ataduras, que te espero, siempre, en algún lugar, bajo esta misma piel.

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