es cierto, no escribo bien y tampoco tengo razón, las letras y la poesía han muerto pero también creo en la rencarnación

miércoles, 7 de agosto de 2013

La muerte súbita es mi resurrección eterna

Decidí optar por una muerte súbita, decidí al final del día no tener que depender más de todas las cosas que flotan en mi cabeza. Contra un muro fusilé lentamente todo recuerdo, memoria, sentimiento, duda. Fui cruel y los abandoné, decidí optar por la muerte súbita, la del olvido, la de los mares de colores que arrastran y hacen que el dolor no sea más que un ligero cosquilleo detrás de las orejas, y que los mares inmensos, los arcoiris me absorbieran en un mundo de nadas. Pertenecer alguna vez a algún mundo. Me propongo mirar al pasado con ojos de lobo valiente que no le teme a nada, me propongo no caer, y con aullido de lobo valiente que se escapa de los mares del olvido de color decido la muerte súbita de lo mediocre. Decido no morir en el olvido y recordar todos los días la ruta de mi crucifixión, bajo la estela de un humo gris que es mi pasado, bajo la presión de las fotografías que son voces y son mi muerte, mi resurrección del olvido, pero la muerte de mis sentidos. 

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